El día en que todo comenzó

Hoy nuestra pequeña guerrera cumple 2 años. 2 años en los que hemos aprendido a adaptar nuestros ritmos a ella, a estrujarnos la cabeza para hacerle más fácil el día a día. Hemos aprendido muchísimas cosas gracias a su fuerza, perseverancia y valentía. Nuestra señorita ruiditos se ha ido al cole con su bizcocho, sin saber lo que significa el día de hoy. Te contamos como fue ese 12 de Diciembre del 2014.

12 de diciembre del 2014
De madrugada me he despertado con el susto en el cuerpo, parecía que tenia contracciones. Tumbada en la cama, he tenido varias contracciones suavecitas con bastante intervalo de tiempo. No sabia si eran las llamadas contracciones Braxton Hicks. Pero de repente he tenido una fuerte, una de esas contracciones de las que necesitas una mano que estrujar. A si que he despertado a mi marido, y hemos llamado a la ambulancia. He pasado por el baño ( señal de que el parto está cerca ) y he esperado tumbada en el sofá. Era como más cómoda me encontraba. Unos 20 minutos esperando a la ambulancia. Por fin vienen G y A (Enfermero).
En la ambulancia
(7am) Me llevan para la ambulancia en la camilla cuando de repente, tenemos que parar en medio de la carretera, viene otra contracción. Desde el momento que llegaron a casa, las contracciones han ido aumentando de intensidad y no pasan ni dos minutos entre ellas. Mi marido se queda en casa con nuestra hija mayor hasta que un familiar se pueda hacer cargo de ella. En la ambulancia entro tranquila pero cada vez se pone más tensa la situación.
Rompo aguas y converso con A sobre lo pequeña que es la niña para nacer. Él intenta tranquilizarme diciéndome que trabajó en Neonatos y que había niños más pequeños que habían salido adelante. No era totalmente consciente de lo que ese estaba “cociendo” en ese viaje. Sentía que mi hija se escapaba de mi tripa y que no podia hacer nada para remediarlo más que aguantar.
En el hospital
(7:20am) Entramos en el hospital. Hospital que tantas veces había pisado para visitar a familiares y que esta vez, entraba por la puerta grande. G me lleva directamente al ascensor, junto con el celador. A se queda en la entrada haciendo “el papeleo”. Ya no tengo más fuerzas. No puedo aguantar más las contracciones. Siento que la niña salía. Y así es, G me quita los pantalones como puede y pongo la mano. Grito en el ascensor:
¡Estoy tocando el culo!
Salimos del ascensor buscando un box libre, yo gritando “por favor, por favor!!” No sabia que más hacer para que me atendieran y que no le pasara nada a mi hija. LLega A, me meten en el paritorio y deciden no cambiarme de camilla. La voy a tener en la camilla de la ambulancia.
No podía aguantar más y la niña salió.
Ha salido sin esfuerzo alguno. Ya no sentía nada. G y A me dan la mano. Aunque han intentado echarles varias veces, ellos han dicho que hasta que no vean que la niña estaba bien no se van. Y así ha sido. Cuando la niña ha nacido se la han llevado a una mesa, y la han reanimado. Es entonces cuando he visto su piececito moverse y todos hemos respirado, por un momento, más tranquilos. Se la llevan a la incubadora. Y le dan la bienvenida ala UCIN
G y A se van y me dejan con las enfermeras, matronas y demás trabajadoras. Hasta entonces no me había dado cuenta del publico que tenía. Dolorida a más no poder, tengo que expulsar la placenta. Es cuando más dolor he sufrido, cuando me han tocado para ver si me quedaba algo dentro. Tenía mi cuerpo tan dolorido…
No sabemos nada de la niña
En la habitación
Al rato, ha llegado mi madre. Nos han dejado allí a la espera del cambio de turno y de que me asignaran una habitación. Un buen rato después, me han subiendo a la habitación y ha llegado mi marido. Hasta las 11 pasadas no hemos sabido nada de la niña. Mi madre y mi marido, después de preguntarle ochenta mil veces a la enfermera por la niña, han decidido bajar a Neonatos. Tienen la intención de verla. Y así ha sido.Han conseguido verla y le han sacado unas fotos para que yo pueda ver que esta bien. Aunque no podré verla hasta la tarde por lo menos, respiro más tranquila.
La foto
Esta es la foto con la que me presentan a mi hija. Una foto sin filtros.
Nuestra pequeña, se ha hecho un hueco en este mundo. Ahora nos toca descansar y recuperarnos poco a poco. Cada día es un lucha para hacernos más fuertes.